Novela interactiva. Capítulo 5
Arkailon
La sorpresa de haber encontrado el diario del Círculo Secreto en Isla Sombra no fue la única que encontraron ese día.
Al llegar al embarcadero después de su aventura, encontraron al abuelo de Teo esperándolos, de pie y con los brazos cruzados.
Mala señal.
Esto les acarreó dos problemas, el primero de ellos una buena regañina por parte de sus padres y el segundo, varios fines de semana ayudando al abuelo a limpiar su barca y los restos de pescado que conseguía en el mar. Un olor difícil de olvidar.
Por supuesto que después de su descubrimiento, los niños habían decidido mantenerlo todo en secreto, ya no estaban seguros de quién era de fiar y quién no en el colegio. Por supuesto que no iban a rendirse, estaban decididos a resolver el misterio. Y por supuesto se habían llevado el diario que encontraron en el árbol, aunque pensaban devolverlo a su lugar una vez lo hubieran leído.
El diario resultó ser muy interesante. Hablaba de cómo se había fundado El Círculo Secreto casi cien años atrás y de quiénes eran sus miembros. Al parecer, estaba formado por un grupo de profesores y alumnos que habían hecho un descubrimiento con respecto a Arkailon, la antigua civilización desaparecida en Isla Sombra hacía más de dos mil años.
Como había explicado Izan en la clase de ciencias, los habitantes de Arkailon eran muy adelantados a su tiempo y habían hecho grandes descubrimientos para su época. Lo malo era que en el diario no aclaraba cuáles habían sido.
Arkailon, hace 2400 años
Como cada mañana, Shirat se había levantado temprano y se había acercado al manantial para realizar su ritual. De aquel manantial brotaba el agua más limpia y pura, directa del interior de la Tierra. Era habitual entre los arkalianos el culto a los elementos naturales, pues tenían la fiel creencia de que solo de esa manera podía mantenerse la pureza del ser humano.
La hora elegida no era casualidad, a Shirat le encantaba levantarse antes del amanecer para disfrutar de la naturaleza en su pleno apogeo. La quietud del agua, el sonido tímido de animales nocturnos que acudían ya a sus guaridas a refugiarse y el de los diurnos que comenzaban a despertar. Sin embargo, de lo que más disfrutaba era de la compañía de las luciérnagas, que impregnaban el ambiente dándole un toque mágico. Se encontraba sumida en sus más profundos pensamientos, centrada en esta ceremonia, cuando alguien la sacó de su ensoñación.
—¡Shirat! —dijo una voz a sus espaldas.
—¿Qué haces aquí Awidan? Acabas de interrumpir mi ritual de purificación.
—Llevas razón, lo siento. Pero tengo algo importante que decirte. El gran maestro nos llama, debemos acudir a la Academia de inmediato.
—¿A estas horas?
—Ha convocado una reunión urgente, debe haber sucedido algo.
Sin más, dejaron lo que estaban haciendo y se dirigieron a la Academia.
«¿Qué sería tan urgente como para citarlos a esa hora de la mañana?», pensó.
—Anima esa cara, como sigas así te va a pasar como a la señora Milta, que de tanto estar enfadada se le ha puesto cara de buitre —bromeó su amigo Awidan.
—¡Para! Además, no estoy enfadada, solo estoy pensando.
—Solo te aviso porque soy tu amigo y te quiero, ya sabes… —Awidan frunció el ceño y la nariz, intentando poner cara de buitre.
—¡Déjalo ya! —dijo Shirat conteniendo una sonrisa—. Anda date prisa, no quiero hacer esperar al gran maestro.
Shirat y Awidan pertenecían a la Hermandad de estudiantes, un selecto grupo que tenía acceso al conocimiento y al estudio.
No todos los arkalianos tenían la misma suerte. Los miembros de la Hermandad tenían una manera especial de observar el mundo, vivían centrados en el estudio y el aprendizaje de infinidad de áreas como astronomía, alquimia o herbología decididos a entenderlo.
Llegaron a la Academia a la carrera, pero se detuvieron antes de entrar.
A pesar de que llevaban acudiendo allí todos los días desde hacía un año, aún necesitaban contener el aliento al pasar por sus imponentes puertas. El maestro los esperaba en el patio central, donde se encontraba ya reunido con los estudiantes.
—Bienvenidos, Shirat, hija de Hira y Awidan, hijo de Hanu, sentaos —les dijo señalando los bancos para estudiantes—. Hoy os he convocado aquí porque uno de nuestros viajeros ha regresado. Adelante, Nasir.
Nasir era uno de los estudiantes más antiguos de la Academia.
Había alcanzado el estatus que todos anhelaban, el de viajero. Solo los más avanzados tenían el honor de viajar a tierras lejanas para conocer otras culturas. Aunque Shirat y Awidan eran aún muy jóvenes, ponían todo su esfuerzo y dedicación para llegar a ser algún día viajeros.
—Yindu na —saludó Nasir colocando la mano en su pecho como marcaba la tradición—. Mis pasos me llevaron a tierras lejanas, durante varias lunas he estado visitando culturas muy diferentes a la nuestra y de las que tengo mucho que enseñaros. Pero hoy os he convocado para hablaros de un descubrimiento en particular que he hecho en la gran biblioteca de Alejandría, estudiando algunos de los miles de escritos que alberga. En mis viajes he conocido minerales que no habíamos visto antes. Allí analicé sus propiedades y su composición, llegando a la conclusión de que si mezclamos tres de ellos podría dar lugar a una aleación única.
—¿Única? ¿A qué te refieres? —preguntó una alumna.
—Creo que ese nuevo material tendría la propiedad de acumular grandes cantidades de energía. Esto nos abre muchas posibilidades, aunque sin probarlo, no estoy seguro de su alcance.
—¿Has traído alguna muestra? —se interesó el gran maestro.
—Durante todo este tiempo he recorrido Egipto, Grecia, Roma y Mesopotamia, tratando de encontrarlos. No fue tarea fácil, pero finalmente conseguí un mineral de cada tipo, gracias a la ayuda de algunos aliados. Los tengo en mi equipaje.
—Shirat, Awidan, id a por ellos—indicó el gran maestro.
—Pero maestro, los he protegido con algunos acertijos para evitar que cayeran en malas manos.
—No te preocupes, ellos son de nuestros estudiantes más destacados, estoy seguro de que resolverán las claves.
Ayuda a Shirat y Awidan aencontrar los tres minerales.
En menos tiempo del que esperaban, Shirat y Awidan habían vuelto, llevando en sus manos tres discos hechos con minerales exóticos y tallados con runas.
—Buen trabajo —dijo el gran maestro—. Nasir es hora de que descanses, esta tarde comenzaremos con los preparativos para realizar la aleación.
¿Quieres saber cómo continúa la historia? ¿Qué pasará con la aleación de los tres minerales.
¡Sigue leyendo!
3 Replies to “Novela interactiva. Capítulo 5”
meeee eencaantaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!
¡Cada vez se pone más interesante! Vaya lío se está armando en este colegio ¿verdad? ¡Estáte atento que pronto saldrá el capítulo 6!
Seño, este capitulo también me ha parecido muy interesante, ¡sobre todo lo de las tres monedas! 😇❤️🧡💛💚💙💯🥳😃🙈🙉🙊