Altas Capacidades

Acerca de los Hobbits… quiero decir, de las altas capacidades

Y no es que compare a los niños con Hobbits, valga la aclaración, es solo una frikada… ¿Habéis visto el Señor de los anillos?

Si después de «acerca de» no hubiera escrito «los Hobbits» reviento, os lo prometo.

 

Ya estoy escuchando a mi marido «¿Para qué has escrito eso?» «La gente no lo va a entender».

Pues sí señores y señoras, así es mi vida. Continuamente lanzando «chistes» que en la mayoría de ocasiones no entiende casi nadie pero que a mí sí que me divierten. La de veces que obtengo sonrisitas de cortesía es incontable. Si pudiera apilarlas todas una sobre otra podría construir una torre más alta que el One World Trade Center de Nueva York.

Por suerte mi marido sí que me entiende, diga lo que diga, él es igual que yo. Y es que eso de que los polos opuestos se atraen no me queda a mí tan claro. En la ciencia de las relaciones el imán está en la compatibilidad y no al revés, pero bueno ya me estoy yendo por las ramas.

¿Qué tendrá esto que ver con las altas capacidades? Os estaréis preguntando. Pues encierra mucho más de lo que parece.

Antes de nada, creo importante aclarar que cuando hablamos de altas capacidades no podemos hacerlo como si se tratara de la gripe. Ojalá pudiéramos enumerar una serie de síntomas comunes que indican sin lugar a dudas la enfermedad de la que se trata. Simplemente no podemos hacer esto porque las altas capacidades NO SON UNA ENFERMEDAD. Entonces, ¿qué son las altas capacidades?. Os animo a echar un vistazo a este interesantísimo artículo de Javier Tourón

Alumnos de alta capacidad: ¿es posible definirlos?

En él hace referencia a la definición de la NAGC (National Association for Gifted Children) que dice lo siguiente:

 

«Personas de alta capacidad son aquellas que demuestran un nivel de aptitud sobresaliente (definido como una capacidad excepcional para razonar y aprender) o competencia (desempeño documentado o rendimiento que los sitúe en el 10% superior, o por encima, respecto al grupo normativo) en uno o más dominios. Los dominios incluyen cualquier área de actividad estructurada con su propio sistema simbólico (las Matemáticas, la Música, la Lengua…) o su propio conjunto de destrezas sensorio motrices (la Pintura, la Danza, los Deportes…).

El desarrollo de la capacidad o el talento es un proceso de toda la vida. Puede ser evidente en los niños como un resultado excepcional en un test u otra medida de capacidad, o como una alta velocidad de aprendizaje, comparados con otros alumnos de su misma edad, o como un rendimiento dado en un determinado dominio. Como personas, maduran desde la infancia hasta la adolescencia, sin embargo, el rendimiento y los altos niveles de motivación en el dominio de que se trate, se convierten en la principal característica de su alta capacidad. Diversos factores pueden potenciar o inhibir el desarrollo y la expresión de las capacidades«.

Como se puede extraer de este artículo, las altas capacidades  suponen una manera de procesar la información y de aprender a un ritmo más rápido de lo estipulado para su rango de edad, pero ¿son todas las personas de altas capacidades iguales? Evidentemente no. La personalidad, las experiencias vividas, las oportunidades, son factores determinantes. No olvidemos que las altas capacidades acompañan al individuo durante toda su vida, ¿de verdad seguís siendo ahora exactamente igual que hace veinte años? Las experiencias vividas y la actitud que mostremos para hacerles frente nos van moldeando y cambiando ¿o no?. Por supuesto, las altas capacidades siguen estando ahí.

Pero no sería justo afirmar que todas las personas con altas capacidades son hipersensibles o que todas se distraen con facilidad. De ahí la dificultad para llegar a un consenso a nivel nacional sobre lo que se considera o no alta capacidad. No hablemos ya a nivel mundial.

Mientras unos aseguran que para tener altas capacidades es imprescindible alcanzar un CI de 130, otros te venden que es la combinación entre alta inteligencia, motivación y creatividad. ¿Y qué hacemos los padres mientras esperamos a que llegue ese acuerdo que, hablemos claro, se atisba poca voluntad por alcanzar?

Te doy la respuesta: la mayoría observar impotentes y, los más afortunados, tratar de poner medios por su cuenta para ayudar a sus hijos.

Observar cómo un sistema educativo que no legisla con claridad ni pone medios suficientes para atender estas necesidades educativas, somete a nuestros hijos a una tortura diaria hasta sumirlos en la más profunda desesperación por aburrimiento.

A esto nos lleva el actual sistema educativo, a desperdiciar el talento. No me gusta ser tan fatalista, pero si existe algo por lo que luchar, sin duda la educación de nuestros hijos me parece la mejor de las causas.

Es cierto que existen muchos, muchísimos docentes por vocación que se desviven por ayudar aún sin tener horario para ello, buscando información, formándose y planificando fuera de su horario escolar, creedme, he conocido a muchos. Pero esto no debería ser así, primero porque no es el medio para conseguir una ayuda efectiva y duradera ¿qué pasa cuando «te toca» un tutor/a que no lo hace? ¿están nuestros niños abocados a la suerte? Y segundo, porque estos docentes no deberían verse así de desamparados. Necesitamos un sistema educativo decente, que de verdad fomente una enseñanza de calidad.

En esta sección expondremos experiencias y descubrimientos sobre el desconocido mundo de las altas capacidades. Quede claro que la intención es simplemente COMPARTIR, nada más. No somos especialistas en la materia, ni pretendemos dar lecciones a nadie. Hablamos tan solo desde nuestra experiencia personal, como padres y en mi caso además, como docente.

El objetivo principal es acompañar a familias que pasan por la misma situación y orientar, en la medida de lo posible, a docentes que busquen una guía para entender.

En definitiva, hacer comunidad.